- Vendas: las patas son las partes más sensibles de los caballos y, por ende, las que más deben protegerse. Para evitar golpes, raspones y torceduras, y resguardar los tendones, se deben envolver con vendas elásticas o “tendoneras” de goma.
- Herraduras: protegen los cascos del animal. Deben tener reborde y este sólo puede estar colocado en el borde interno de la herradura.
- Montura: existen diferentes tipos de monturas pero en todos los casos, lo más importante, es que sea confortable tanto para el jinete como para el caballo. Debe tener una cincha, que la sujeta al lomo del animal, y una sobrecincha por si la cincha llegara a cortarse. Debajo de la montura se coloca también un mandil o sudadera que sirve para fijar la montura al lomo del caballo.
- Estribos: se fijan a la silla de montar y permiten al jinete introducir los pies brindando seguridad y estabilidad.
- Brida: son las correas con las que se controla al animal.
- Bocado: es la parte de la brida que se introduce en la boca del animal y se utiliza para dirigirlo, frenarlo y darle órdenes. Debido a que la boca es una zona fundamental para el manejo y el control del caballo, y que el grado de sensibilidad de cada boca es diferente, existen distintos tipos de bocados adaptables a la boca de cada animal.
- Riendas: se utilizan dobles para controlar de forma separada que el animal se detenga y gire, y para evitar perder el control en caso que una de las dos se rompa o se corte.
- Martingala: cumple la función de mantener la cabeza del caballo en posición correcta
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